Desde que era adolescente y vi la película "Hurricane", con Dorothy
Lamour, sentí fascinación por los mares del sur y específicamente por las Islas
de Hawaii. Nunca perdí la esperanzas de visitarla, de envolverme en su
mar azul y el verde esmeralda de sus palmeras, de sus flores perfumadas, del
romanticismo que los norteamericanos acentuaban en sus pelìculas.. Las
canciones, las danzas, los collares de flores de bienvenida que le daban a cada
visitante, su comida, ese esplendoroso cielo azul, esa amplia sonrisa de sus
habitantes, la belleza de los movimientos de las bailarilas, los hibiscus, las
orquideas y la majestuosidad de sus volcanes. Ese mar azul, con su espuma blanca,
la arena compacta, el vaivén de las palmeras y en las noches, el brillo de las
estrellas, hicieron que siempre soñara con ellas.
Una vez mi hija nos invitó a su papá y a mì para ir a Hawaii, pero
desafortunadamente acababa de comenzar una suplencia en PDVSA por tres
meses, y había dado mi palabra. Luego esa suplencia se
transformó en 6 años. Por eso, no realicé mi más querido y casi imposible
sueño.
Ahora, ya el tiempo finalizó para mi, pero estoy segura,que cuando exhale
mi último suspiro, mi alma libre ya de todos los amarres terrenales, volará
como un pájaro por el cielo azul, para posarse para siempre en esas
amadas Islas.
- Thaitín Marín
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