Saturday, December 20, 2014

Un jueves poco normal

Amo el aroma del café, y pasar las tardes leyendo un libro en el café de la esquina de mi casa es una de mis actividades favoritas. Cuando me sobra un poquito el tiempo, bajo los tres pisos desde mi apartamento, camino bajo los árboles, y en cinco minutos estoy café en mano envuelta en alguna historia de mis libros amados.

Era jueves y me habían pospuesto dos reuniones, así que tenía el día entero libre. Desayuné en casa y luego bajé al café a leer un rato y a observar el movimiento de la gente en Seattle. Era un día de verano, soleado y caliente. Clima extraño para esta ciudad, pero siempre bienvenido. Mi mesita usual en la terraza estaba libre, así que tomé asiento y me olvidé del mundo. Regresé al darme cuenta que me había tomado la última gota de café, y cuando levanté la vista me encontré a Bill Gates sentado en la mesita de enfrente.

Él no estaba consciente que nadie lo estaba viendo, y tenía cara de nervioso. De repente me di cuenta que había un vaso acostado en la mesa y que se le había botado la limonada encima. Levantó la vista y conectamos miradas y leí en sus ojos desesperación. Bill Gates tenía todo el frente de los pantalones mojados y obviamente no sabía como salirse de esa. El local se estaba llenando y no iba a pasar mucho tiempo antes de que alguien lo reconociera y le pidiera una foto. Yo sabía que esa era su mayor preocupación.

Los dos nos dimos cuenta de que dos chamos se estaban acercando y sabíamos cual iba a ser el resultado. No podía permitir que Bill Gates pasara la pena de tener una foto en internet después de su pequeño accidente, así que intercepté a los dos muchachos, le di a Gates mi chaqueta y le dije que me siguiera. Sin hacer contacto visual con nadie, atravesamos el café y salimos sin hacerle caso a las muchas personas que llamaban su nombre y pedían fotos.

Lo acompañé hasta su carro y me agradeció repetidamente. Le dije que era todo un placer servirle de escolta. El arrancó y se fue, y yo seguí caminando, pensando en lo divertida que había sido mi mañana inusual.

-Vita Armador

No comments:

Post a Comment