Saturday, January 17, 2015

Desilusión

Hola mi querida Gloria,  mi querida yo.  Después de haber pasado por un tormentoso infierno de tristeza al ver que mis sueños no se harían realidad, después de llorar y llorar y ver las lágrimas de mi mamá sufriendo también,  he reflexionado, he pensado, fui donde mi madrina Rosa Margarita,  me quejé amargamente, lloré, pensé que no volvería a creer en nadie, pero los consejos de mi querida madrina, fueron un bálsamo para mi angustia.

Se que todos mis planes se vinieron abajo. Cumplidos mis 17 años obtuve  mi diploma de bachillerato comercial, Ya iba a comenzar a trabajar y mis planes eran de que  mi mamá y yo nos mudaríamos a un apartamento pequeño y lindo, las dos solas.  Pero nada de eso sucede; mi mamá se volverá a casar y a ese hombre lo odio.  No lo quiero, no me gusta. Vino a cambiar todos los planes que me había hecho. Me revolví de rabia, angustia, llanto, todo.  No sabíìa que hacer  Pero los sabios  consejos de mi madrina me hicieron ver que para mi mamá sería bueno.  Es un hombre conocido y la quiere y yo algún día me iré, viajaré, me casaré y ella quedaría sola.

Así que Gloria, mi otro yo, pienso en la mamá que he tenido.  Lo buena que ha sido, cuanto ha sufrido y ahora es el momento en que su vida cambie.  Que no siga madrugando para dar clases en colegios con alumnas impertinentes, llevando lluvia, sol y enfermándose. Abre tu mente,  tu corazón y piensa en ella.

Mientras vivas con ellos, disimula lo que no te gusta, ten tu espacio solo para tí.  Hazles compañías cuando sea necesario y trata de entender que esa persona jamás podrá llenar el espacio vacío que dejó tu papá, pero sí curarle las heridas que a tu mamá causó. Deja la soberbia, deja la antipatía y sólo piensa en lo feliz que podrá ser tu mamá de ahora en adelante.

Tu vida, que es la mía recién comienza.  Vendrán nuevos retos, amores, otras desilusiones, pero en este momento lo más importante es mi mamá. Esos son los consejos que doy de mi, para ti.

Thaitin Marin

Friday, January 16, 2015

El Rosario de las Animas

La casa solariega de mis abuelos en su tiempo había sido una casona hermosa.  Quedaba a varios kilómetros de Cartagena.  Recuerdo los años de mi infancia cuando en vacaciones se reunía toda la familia. Eran mis abuelos, mis padres, varios tíos y tías y en los meses de las vacaciones escolares nuestros padres nos enviaban para pasar alli esa temporada.  De todas mis tías era mi tía Lucía la única que nunca se casó.   Y según decían era un poco rara. Nos llamaba la atención que siempre vistiera de blanco y tuviese un rosario enrollado al cuello.  Muchas veces la veíamos con unas cartas del tarot en su cuarto y muchas veces la descubrimos hablando sola.
Cuando los abuelos murieron, la casa cambió, ya de solariega pasó a un caserón medio destartalado
Pasaron los años y todos los primos fuimos creciendo, unos entraron en la universidad, otras primas se ennoviaron y se casaron, menos yo  La tía Lucìa se quedó sola en aquella propiedad, sólo acompañada por Eufemia, la que siempre les trabajó y que debía de tener todos los años del mundo. No se volvieron a pasar temporadas felices ni nada por el estilo.
Un día recibí una carta de mi padre que me decía si podía pasar por la casa, pues la tía Lucía se había enfermado.  Para ese entonces mi mamá había fallecido y mi papá era muy anciano.
Como siempre le guardé afecto a esa tía a quien creía medio loca, pero que siempre me contaba cuentos y me peinaba las trenzas; hice un pequeño equipaje, tomé mi carro y desde Cartagena me fuí para ver que le pasaba.  El camino estaba todo descuidado, la maleza se iba comiendo el pavimento y luego al ver  unas pequeñas luces me indicaron que ya casi iba llegando, pues antes de la casa había un pequeño cementerio.
Cuando Eufemia me abrió la puerta me dijo, nena,  gracias que llegaste, acá las cosas no están bien. Subí las escaleras para buscar a la tía y en su cuarto la encontré arrodillada, con el rosario en las manos y mil cartas del tarot tendidas en el suelo.  Al verme me dijo, te estaba esperando, ellas te están esperando. Viendo sus ojos desorbitados me dí cuenta que la razón se había escapado de su mente.  La ví de pronto como nunca la había visto. loca perdida.  Quise hablar con ella, hacerla entrar en razòn, pero no lo conseguí.  Eufemia detrás de mi, gemía suplicante y aterrorizada.  Cálmate le dije, no pasa nada, pero si,  si pasaba, de pronto las cartas se elevaron en el aire, la puerta se abrió  y comenzaron a entrar una por una, envueltas en un manto, como un espanto,   las ánimas del purgatorio que venían a recoger lo que la tía les  había prometido, una sobrina. Aterrorizada, salté veloz, empujé a Eufemia, salí dando gritos, pensando que al llegar a la puerta de la calle y entrar a mi carro, la pesadilla habría terminado, pero ese no era el final.

Thaitin Marin
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Wednesday, January 14, 2015

Tú Y No Yo

Me encontraba en la hemeroteca haciendo una investigación para mi próxima publicación. Mis ojos desviaron la vista hacia el artículo contiguo y la foto que ví me dejó estupefacta. Era una foto mía de probablemente unos 18 años de edad; es decir, 40 años atrás. Lo curioso es que era una foto que yo jamás había visto. Las facciones eran idénticas a mis facciones; la única excepción era que en esta foto yo llevaba el pelo corto. Mi intriga crecía en forma desproporcionada ya que yo nunca tuve el pelo corto en mi adolescencia, pero ésa era yo, o si no mi hermana gemela.

Me detuve a leer la nota al pie de la foto y el artículo que la acompañaba para tratar de darle algún sentido a lo que se encontraba en aquél periódico de diciembre de 1975. Para mi estupor leí lo siguiente: "Artemisa Amoupulous, de 19 años de edad fue juzgada a cadena perpetua por su participación en los atentados de Tekeidefanes". El artículo relataba los hechos ocurridos en febrero del mismo año, las graves consecuencias del ataque, y la muerte de Sifros Lattarcuti uno de los autores del crímen. Concluía el artículo: "con la captura de Artemisa Amoupulous se cierra un amargo capítulo de la historia de nuestra hermosa isla."

Inmediatamente llamé a mis contactos con la policia. Necesitaba ayuda para encontrar a Artemisa y saber de sus orígenes. No me fue dificil. Tantas veces que los he ayudado con resultados de mis investigaciones me daban la "prebenda" de que me complacieran con algunos favores. Los resultados fueron que Artemisa había sido liberada después de 35 años de cárcel, pero seguía bajo control policial. Su dirección seguía siendo la isla de Tekeidefanes.

Cerré casa, hablé con mis familiares, mi oficina, hice maletas y tomé un avión en busca de una respuesta. Existe realmente un alter ego? es pura coincidencia? estamos emparentadas?

Del aeropuerto, alquilé una moto y me dirigí de inmediato hacia la dirección ofrecida. Sabía que estaba invadiendo la privacidad de un ciudadano pero la inquietud me mortificaba día y noche desde el día de la hemeroteca. Llegué en menos de 20 minutos ya que la isla es bastante pequeña y allí estaba alguien que podría ser cualquiera en el porche de la descuidada vivienda tomando un café. Haciéndome la loca me bajé y pregunté por una dirección cualquiera. Esta mujer, extremadamente flaca, y bastante envejecida simplemente me dijo: "Si de verdad buscas por una dirección pregúntale a otro, y si quieres saber si soy Artemisa la criminal, la respuesta es si. Estoy acostumbrada al desfile de turistas".

Su respuesta me dejó de una pieza, pero simplemente me hizo el trabajo fácil. Le pregunté si me podia acercar a los peldaños del porche y contestó "Si, ya no pongo bombas como antes, pero tal vez saque un cuchillo y te lo clave en el pecho". Por alguna razón supe que estaba simplemente fanfarroneando. De pronto su cara cambió cuando me empezó a detallar, se fue acercando poco a poco hasta que su cara estuvo prácticamente tocando la mía. Me tocó el rostro y aunque un poco incómodo no sentí miedo. Simplemente murmuró "Dios, era verdad".

36 horas mas tarde recogía mis cosas del hotel mientras las lágrimas rodaban desaforadamente por mis mejillas. Artemisa había nacido el mismo día que yo, en la misma ciudad. Aparentemente los médicos nunca le dijeron a mi mamá que había tenido gemelos. En aquella época no habían los avances de la ciencia para saber cuantos niños una madre podría estar gestando. Curiosamente, mi mamá siempre me dijo que su barriga conmigo había sido bastante grande para lo pequeña que yo fui. El médico cubrió la historia con la excusa de exceso de agua y peso innecesario. Artemisa y yo dedujimos que ella fue robada por el médico que nos trajo al mundo y entregada a unos mafiosos europeos que la educaron bajo la norma del crimen y del terror.

Curiosa como yo, hizo muchas preguntas en su juventud que la hicieron dudar de sus orígenes. Aprendía todo lo que veía y siempre lo hizo a la perfección con la gravedad que sus maestros eran criminales. A los 14 años ya había participado con sus "padres" en varios robos a mano armada. Era temeraria, cosa muy distinta a mi, ya que yo soy mas bien temerosa. A los 19 años se le presentó la oportunidad de un trabajo grande: participaría directamente en un atentado para robar todos los bonos y fondos de la isla. La cosa se les salió de las manos y 32 personas murieron.

Artemisa sufrió mucho en la cárcel porque su padre murió en el robo, y su madre murió un par de años después. Estaba completamente abandonada. Me contó que después de unos años de buen comportamiento, un guardia le regaló una cámara fotográfica, "me gustaba tomar fotografías así fueran de un agujero en la pared o de un vaso en el piso". Se me erizó la piel pensando en cuantas veces yo había tomado fotos de mis botellas de colonia en el piso con una lámpara reflejando la luz en la botella. A medida que hablaba notaba que era mucho mas lo que nos parecíamos de lo que nos diferenciábamos. Nuestras diferencias parecieran haber sido estrictamente circunstanciales.

Sentí una pena en mi alma al conocer a esta pobre mujer que pudo haber tenido una hermosa vida con una hermosa familia como la tuve yo. Esta pena nunca jamás me abandonará. Su frase de despedida cubrirá por siempre mi vida como una bocanada de fuego que te cubre el cuerpo. Con una semi-sonrisa susurró: "Tuviste suerte, pudiste haber sido tú y no yo"

Hansel Y Grethel

Al lado de un bosque muy grande moraban un pobre leñador con sus dos niños y su esposa, quien no era la madre de ellos. El niño se llamaba Hansel y la niña se llamaba Grethel. Tenían muy poco para comer, y cuando una gran hambruna cayó sobre esa región, no podían procurarse el pan de cada día. "¿Qué irá a ser de nosotros? dijo el esposo. ¿Cómo podremos alimentar a nuestros pobres niños, cuando ni siquiera tenemos para nosotros?"

-"Te diré una cosa, esposo"- comentó la mujer con torcido pensamiento, "mañana temprano al amanecer, llevamos a los niños a lo más profundo del bosque, y allí encendemos una fogata para ellos, y les damos un pedacito más de pan, y enseguida nos vamos a trabajar y los dejamos solos. Ellos no encontrarán el camino de regreso a casa, y nos habremos librado de ellos 

Los dos niños escucharon lo que su madrastra le decía a su padre. Grethel lloró amargas lágrimas, pero Hansel le dijo: "No te desanimes, todo se resolverá". A la mañana siguiente la madrastra les dió un pedazo de pan a cada uno y los llevó al bosque para que ayudaran a cortar leña. Hansel y Grethel guardaron el pan bajo el delantal, y mientras caminaban lo iban desmoronando tirándolo sobre el camino para poder encontrar el regreso a casa.  Después se detuvieron a cortar leña y a hacer una fogata. Los padres les dijeron que se quedaran allí que ellos continuarían buscando madera.

Hansel y Grethel se quedaron dormidos y cuando se despertaron estaban completamente abandonados. Con la luz de la luna trataron de seguir el camino a casa, pero no había pan en el camino, los pájaros se habían comido todas las boronas de pan. Perdidos encontraron una casita que parecía hecha de azúcar y pasteles. Adentro vivía una señora muy pobre y buena que amaba a los niños. Les ofreció casa y comida, y les dijo que se podían quedar con ella, que ella los cuidaría como si fueran sus hijos.

Los niños crecieron sanos y fuertes y después de unos diez años, caminando por el pueblo con su nueva mamá, se encontraron con un hombre viejo de largas barbas que pareció reconocerlos. Este se les acercó y les preguntó como se llamaban: "Hansel y Grethel, señor". El hombre se agarró el corazón y cayó de rodillas, pidiéndoles perdón. "Hijos, soy su padre, los abandoné, perdónenme. Ahora tengo muchísimo dinero y pueden tener todo lo que quieran. Regresen a casa".

Los hijos lo miraron, miraron a su nueva mamá quien comenzó a llorar pensando que perdería a sus hijos adoptados, pero Hansel le dijo a su padre: "Lo lamentamos señor. Vivimos con esta señora pobre que ha sido como nuestra mamá. No nos da dinero sino amor, y eso es lo único que necesitamos para ser felices."

Hansel y Grethel tomaron de la mano a su madre y partieron hacia su humilde casa la cual estaba siempre llena de amor y felicidad.





 

Mi amiga imaginaria

Siempre pensé que yo era hija única y como tal así era mi vida de niña solitaria.  Era mimada, sobreprotegida y mientras veía a las niñas vecinas jugando entre ellas,  a mí no me dejaban salir a ninguna parte. Por lo tanto, comencé a imaginarme que tenía una amiguita que me visitaba, hablaba conmigo, jugábamos juntas y cuando por las noches, después de acostarme, mi mamá cerraba la luz y la puerta de mi cuarto, ella aparecía. Cuando estaba frente a ella parecía que me estaba mirando al espejo. Era exactamente igual a mi y como tenía que ponerle un nombre, la llamé Gladys.

Poco a poco Gladys fue entrando más en mi vida diaria. Cuando salía con mi mamá, ella iba al lado mío, pero solamente yo la veía. Conversábamos en voz baja y ella me decía las cosas que debía hacer y que eran exactamente lo contrario de lo que mi mamá me decía.

No se que edad tenía cuando oyendo una conversación entre personas mayores me enteré de que cuando yo nací no venía sola. Junto conmigo nació otra niñita, pero no sobrevivió. Entonces pensé que esa amiga imaginaria era mi gemela. La quería mucho y la quise màs al pensar que era mi hermana gemela, la  obedecía en todo. Ella era la que mandaba, yo era la esclava, pero había cosas que no entendía. Por ejemplo, cuando íbamos por una acera y había un pobre ciego pidiendo limosna, yo le pedía a mi mamá una moneda para ponerla en el plato que el indigente tenía ante sus pies.  Pero Gladys, se agachaba y no sólo quitaba mi moneda sino todas las que estaban en el plato y se reía con malignidad. Si le decía algo me contestaba diciendo, "yo soy asì y tu tienes que obedecerme".

Un domingo ya un poco mayor mis padres me llevaron a la playa. Gladys y yo corríamos por la playa, metiendo los pies en la arena y sacando conchas. Gladys desenterró una, la abrió por la mitad y me dijo: "Esta mitad soy yo y esta otra eres tú. Tú tendrás siempre la mía y yo tendré la tuya. Jamàs podremos deshacernos la una de la otra mientras tengamos estas conchas.. Es un pacto para toda la vida". Yo guardé la mitad de la concha que era Gladys y ella guardó la que era yo. Siempre la llevaba conmigo, pero cada vez Gladys iba mostrando más maldad y yo comencé a tenerle miedo. No sabía que hacer para alejarla de mi, pero el pacto que habíamos hecho lo hacía imposible.

Una noche, había un alacrán detrás de una mesita de noche y ella lo tomó y se lo puso a mi mamá en el zapato, lo cual al mi mamá calzarse, la picó horriblemente. No habìa dia en que no hiciera algo malo, ponía sal o tierra en la sopa, ensuciaba la ropa lavada y mi tìa no sabía què pensar. Yo me sentía impotente, no podía hablar, pensaría que estaba loca. Mientras tanto yo, iba acumulando temor, ansiedad y culpa.

En la casa vivía con nosotros Jorge mi primo. Yo lo quería mucho. Cantábamos canciones de un cancionero y eramos buenos amiguitos. Gladys lo odiaba. Y un día, cuando Jorge estaba jugando en la puerta de la calle con otros muchachos, ella agarró un clavo oxidado lo clavó en una tabla y Jorge al brincar, lo pisó. A los 3 días murió de tétanos.

Ahora sí yo no podía seguir más. Hasta ahi llegaba mi paciencia. Entonces se me ocurrió algo. Busqué la mitad de la concha que era yo, y que ella guardaba en una caja junto con la que era de ella. Tomé un martillo y las pulvericé, pensando horrorizada qué pasaría. No pasó nada, Gladys desapareciò por siempre de mi vida.

Pero todavía ahora, cuando ya estoy bastante avanzada en edad, en las noches solitarias, siempre miro y miro por todos lados temiendo que Gladys regrese otra vez.

Thaitin Marin

Tuesday, January 13, 2015

La Bella Durmiente

Son tantos los cuentos que recrearon mi niñez y mi preadolescencia, que ahora no recuerdo todos.  Recuerdo La Cenicienta, Caperucita Roja, Blanca Nieves y los Siete Enanitos, La Bella Durmiente, Alicia en el país de las maravillas y otros tantos más.  Pero de todos estos, La Bella Durmiente era mi cuento favorito.  Me imaginaba el hermoso palacio y los reyes deseando tener un hijo y al fin su deseo les fue concedido y nació la princesa Aurora.  Todo el reino celebró con ellos el nacimiento de la princesita y como era costumbre en esos tiempos, aùn en la cunita le celebraron el compromiso con el hijo de un rey que se llamaba Felipe.  Llegaron las 3  hadas buenas  y le concedieron 3 deseos  una le concedió la belleza,otra, la de una voz melodiosa y cuando la tercera hada iba a concederle su deseo, llegó  la bruja maléfica y con su maldad le auguró que cuando cumpliera 16 años se pincharía un dedo y quedaría dormida para siempre. Las hadas buenas gritaron de horror y Maléfica se fue. Las Hadas buenas suavizaron la maldición, diciendo que podría despertar cuando un príncipe le diera un beso.

Así pasaron los años.  Aurora cumplió 16 años y un dìa subiendo a la torre vio una rueca de hilar y se puso a tocarla y se pinchó un dedo y quedó como muerta.  Los reyes lloraron, el reinado enluteció y después de varios días la pusieron en una urna de cristal y la llevaron a la cripta.

Así pasaron los años y un dìa, el príncipe Felipe fue a visitar la urna de la que supuestamente hubiera sido su esposa.  La vió tras el cristal, tan hermosa, como si estuviera viva.  Sintió tal emoción, que se inclinó sobre ella y le dió un largo beso.

Se supone que ahora Aurora abriría los ojos y volvería a la vida, pero no, Aurora sí abrió los ojos, pero alzó los brazos, agarró al príncipe por el cuello y lo estranguló.

Thaitin Marin

Monday, January 12, 2015

Cristales Del Sol

Eran las 12 del día y el sol calentaba mas de la cuenta. A sus 66 años Lance y Harriet se encontraban en frente del jardín producto de la labor que había comenzado 50 años atrás cuando era tan solo unos adolescentes.

Desde pequeños estuvieron intrigados por la historia y por los hilos que el destino tejía, interactuando con los Cristales del Sol frecuentemente y revisando toda la información almacenada por sus ancestros. Mientras tocaban los delicados vidrios recibían la chispa inconfundible de sus antepasados permitiéndoles almacenar toda la data que le había sido traspasado por sus padres, quienes a su vez lo habían recibido de sus predecesores.

El jardín enfrente de ellos era la culminación de este arduo trabajo.

Todo comenzó en el año 2094, mismo año de nacimiento de Lance y Harriet, cuando se reveló el descubrimiento de Mente Sagaz, instrumento que podría almacenar todos los testimonios de quien se sometiera a su proceso de extracción siempre y cuando este proceso se hiciera simultaneamente con un descendiente directo llevando el mismo ADN.

Adrián, de 80 años y en bastante buena salud decidió efectuar el proceso con sus nietos gemelos que acababan de nacer ya que tenía la aprobación de los padres de éstos. Así Lance y Harriet absorbieron en sus cerebros tras el innovador proceso, toda la información de su abuelo, mas papeles y evidencias que Adrián les dió y que  había heredado de su papa y de su tia y abuela paterna.

Ahora en este hermoso jardín, completamente en sincronización con los Cristales del Sol, estaban compiladas las vidas de todos los seres que habían llegado antes que los gemelos y que permitirían a esta unida pareja de hermanos traspasar a su descendencia en forma directa, el aprendizaje ocurrido a través de cientos de siglos.