Thursday, December 18, 2014

Otoño - Invierno

Como en la ciudad donde nacì, no hay  las 4 estaciones, solo el verano ardiente y húmedo y las lluvias torrenciales del invierno, que dejaban a su paso arroyos inmensos que arrastraban toda la basura, y a veces hasta arrastraban vehìculos, muriendo muchas veces quienes los condicìan.  Por lo tanto, siempre me imaginé soñadora como siempre, al otoño, con sus hojas doradas, que alfombraban el suelo y al invierno con la nieve, que solo conocìa en las postales y en las pelìculas.

Ya mayor y debido a que mi hija vivìa en los Estados Unidos, me invitò a su casa y lleguè allí terminando el otoño.  Cómo me maravillaba viendo los àrboles con aquellas hojas que cambiaban su color de verde a dorado, y como iban cayendo, cuando el aire las movía.  Estaba fascinada por todo lo que veìa.  Mi hija me llevaba a varios sitios para que viera cada arbusto, cada paisaje hermoso  y tan desconocido para mì, de esa hermosa estaciòn.

Lo estaba pasando de lo mejor.  Las atenciones de mi hija, su esposo y mis nietos, me hacìan pasar esa temporada muy feliz.  Una noche,  terminando, noviembre o creo que comenzando diciembre, ya estaba acostada en mi cuarto y me habìa dormido. De pronto me desperté porque sentì como si mi cuarto se iluminara con una luz azulada.  Me levantè y me asomè  a la ventana para ver de donde venìa esa claridad.  Al ver por la ventana, me quedè casi sin respiraciòn.  Todo el jardin y todo alrededor era blanco, habìa nevado y me sentì como un niño se debe sentir cuando ve a un hada. Los pinos cubiertos de nieve, el banquito que estaba en el jardin, todo era de un blanco luminiso, el cielo era azul. Por primera vez en mi vida habìa visto la nieve. Mirè con los ojos abiertos como se mira una ilusiòn, no me hubiera extrañado ver al trineo  y a Papa Noel viniendo con sus ciervitos y sus campanas cantando Jingle Bell.  Querìa gritar de alegrìa.  La emociòn fue tan intensa, que a la mañana siguiente salimos  y caminamos por todas las calles alrededor de la casa, me tirè en la nieve, revolcándome como un niño y ahora,  y por siempre aquella noche fue la noche màs mágica que viví. Por eso para mì, las estaciones màs hermosas son el Otoño y el Invierno,
porque me hicieron conocer y sentir algo que nunca en mi vida habìa vivido.

Thaitin Marin

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