Sunday, December 14, 2014

De Bangkok a San Petersburgo

Desde que me enteré que podía viajar en tren desde Bangkok a San Petersburgo, me enamoré de la idea. Pasar semanas cruzando Asia, pasando por Camboya, subiendo por la costa de Vietnam y atravesando China y Mongolia sonaba en ese momento, más intrigante que cualquier otro viaje. Mi amiga y yo empezamos a jugar con la idea y teníamos planeado hacer el viaje en Febrero.

Iba a ser un viaje frío, pero inolvidable. Pensaba en observar las aguas de Vietnam mientras la brisa, todavía caliente del trópico, me acariciaba la cara. Me preguntaba cómo sería China y me imaginaba a los personajes que conocería en el trayecto. Quizás una familia llevando a sus hijos de Pekín a las tierras de sus abuelos en el norte del país. Mongolia estaría llena de montañas pensaba yo, montañas y nieve y un frío cortante; gente hermosa y más paisajes majestuosos. Todo esto anticiparía el cruce de Siberia, donde me veía envuelta en abrigos, tomando vodka para mantener el cuerpo caliente mientras los grados del termómetro se aferraban al negativo. Observaría más montañas y más nieve, más paisajes que ni me puedo imaginar. Hablaría con un par de jóvenes rusos en camino a San Petersburgo a buscar fortuna, e intercambiaríamos historias de la diferencia de nuestras tierras.

Planear fue divertido, pero si hay algo que he aprendido en mis añitos en la tierra, es que a menudo, la vida tiene sus propios planes. Por eso he aprendido a disfrutar planear sin aferrarme al plan. No me monté en el tren con dirección a Siberia, la vida se encargó de darme otro rumbo. Quizás la vida vuelva a dar la vuelta y me posicione de nuevo en Bangkok y sin destino. Entonces retomaré ideas de trenes y frío, y consideraré cruzar el continente de esta forma peculiar una vez más.

-Vita Armador

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