Saturday, December 27, 2014

Arquitectura Para Todos Mis Gustos

No hay nada que mas me guste que estar en mi casa. Sea cual sea su marco, me encanta la paz y sosiego de sus rincones. Amo variadas arquitecturas hasta el punto que nunca me he podido definir por una para construir la casa de mis sueños; por ende decidí vivir en todas ellas entre mi casa principal e infinitos pied-à-terre. Aunque éstos últimos no son de mi propiedad los habito por temporadas para disfrutar de mis ensueños. Todas las casas son sencillas, decoradas con poco, pero muy acogedoras.

Mi casa principal es una hermosa casa colonial española con un patio central y un patio exterior que la rodea. La estructura es de concreto y ladrillos, con vigas de madera. Los acabados de las paredes son de textura rústica y los pisos son de cemento pulido con baldosas formando patrones decorativos. Tiene ventanas y portones de madera con vidrio que permite a todo momento ver hacia los patios. Todos los muebles, mesas, sillas, bancos, camas, bar, son formados en concreto.

Mi momento favorito en esta casa es cuando llueve. Veo la lluvia desde todos los ángulos de mi casa. Las plantas del patio central se refrescan y las ventanas me permiten observas las baldosas mas brillantes aun.

Mis pied-à-terre son todos diferentes, pero igual me trasladan a mis diferentes sueños residenciales. Uno de mis favoritos es mi casita de arquitectura modernista de los años 50. Amplios espacios y paredes de vidrio que brindan claridad todo el día. Muebles sencillos y lineales, con madera lisa y cojines de colores amarillos y verdes. Un barcito cerca del comedor para el martini de las tardes, la casa está inspirada en mi amada hechizada. Un hermoso y sencillo jardín exterior sin cercas o muros me permiten disfrutar las líneas de las casas vecinas.

Otra de mis residencias favoritas es mi apartamento de Boston. El edificio es de varios pisos y su arquitectura es de piedra caliza de color rojizo, llamado comúnmente brownstone. La arquitectura interior es un poco elaborada pero la suavizo con pocos muebles y una decoración sencilla. Las molduras de la chimenea son hermosas y los pisos de madera son cálidos y acogedores. Las puertas de la casa son puertas que se deslizan entre las paredes para ahorrar espacio y las ventanas son altas para permitir la luz a mi pequeño espacio. Todas las edificaciones son iguales en la hermosa calle arbolada. Cuando transito en ella me ubico en el siglo 19 y dejo fluir mi imaginación.

Por último, pero nunca menos favorita están mis casitas en la playa. Una en la costa este de Estados Unidos, en Maine, y la otra en una isla tropical. Ambas con hermosas ventanas de techo a piso que me permiten volar mi imaginación en el ancho mar. Una me permite leer arropada en mis cobijas con mi chimenea encendida mientras veo las olas violentas romper contra las rocas. Sus paredes son de madera oscura brindando calor para los meses de frio. Mi casita tropical es, contrariamente, de color claro, amarillo tostado, sencilla y muy similar a mi casa colonial principal, pero mucho mas reducida. Igual cuenta con su pequeño patio interno y un portón que en vez de dar a un patio externo me dirigen directamente a una caminería que da al mar.

Mis residencias son todas de mis ensueño, tal vez unas mas que otras, pero encontré la forma de deleitarme con todas ellas. Cada año disfruto de las variadas arquitecturas que amo, encontrando siempre ese deseado solaz, ya sea detallando el mar, leyendo un libro, tomando cafe, caminando por el vecindario, bebiendo un martini, o detallando la lluvia desde mi patio interior.

No comments:

Post a Comment