Friday, January 2, 2015

Mi Libro de Cuentos

Seguramente en el transcurso de mi infancia y adolescencia habré tenido muchos libros de cuentos. Cada año mis padres me regalaban los cuentos según la edad que tuviese. Pero el libro de cuentos que más me impactó fue el que me regaló mi papá cuando en un mes de noviembre al finalizar el año escolar, pasé con buenas notas. Era el Libro Las Mil y Una Noches. Era un libro hermoso, con bellos dibujos exóticos y lo más hermoso para mí era la dedicatoria que mi papá había escrito con su hermosa letra. Ese libro era mi tesoro y desafortunadamente por haberlo prestado, lo perdí.

Con esos cuentos orientales y fantásticos, comenzó mi imaginación a despertarse con todos esos relatos de ciudades mágicas, palacios dorados, princesas y principes y sobre todo mucha magia.
Habían relatos como el del macho cabrío y de la hija del rey, la hija del vendedor de garbanzos, la tierna historia del principe jazmin y de la princesa almendra, de palacios que desaparecian del sitio donde se encontraban en una noche y a la mañana siguiente aparecìan  en otra. Todos eran romànticos y exóticos, donde abundaban las màs maravillosas joyas, donde brillaba el oro y la plata. Pero de todos esos cuentos el que más me gustò fue el de Mina la Come Muertos.

Trataba de un rey y sus hijas que vivìan en un hermoso palacio. Todas las noches cuando se sentaban a cenar, en aquella mesa llena de platos maravillosos, dignos de los dioses, todos comian hasta saciarse, menos Mina, que solo comìa 4 granitos de arroz. El padre estaba desesperado pues la hija iba languideciendo y el llamaba a los mèdicos para que le dieran remedios, pero ninguno daba resultados. Una noche, despuès de que todos habìan cenado, el rey quiso saber què hacía su hija, la siguiò pues querìa hablar con ella y se sorprendiò pues la viò salir de palacio. Furtivamente la siguiò en la oscuridad de la noche y entonces vio que Mina se dirigìa hacia el cementerio. Perturbado y pensando que tal vez iba a encontrarse con algùn muchacho, un terror inmenso se apoderò de èl cuando la vio arrodillarse ante una tumba, excavar aquella y comenzar a sacar los pedazos del muerto allì enterrado y comèrselos como si estuviera saboreando el màs exquisito de los manjares.

Desde la lectura de esa narraciòn, me ha quedado la pasiòn de escribir y contar algunos cuentos de terror.

Thaitin Marin

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