Wednesday, January 14, 2015

Mi amiga imaginaria

Siempre pensé que yo era hija única y como tal así era mi vida de niña solitaria.  Era mimada, sobreprotegida y mientras veía a las niñas vecinas jugando entre ellas,  a mí no me dejaban salir a ninguna parte. Por lo tanto, comencé a imaginarme que tenía una amiguita que me visitaba, hablaba conmigo, jugábamos juntas y cuando por las noches, después de acostarme, mi mamá cerraba la luz y la puerta de mi cuarto, ella aparecía. Cuando estaba frente a ella parecía que me estaba mirando al espejo. Era exactamente igual a mi y como tenía que ponerle un nombre, la llamé Gladys.

Poco a poco Gladys fue entrando más en mi vida diaria. Cuando salía con mi mamá, ella iba al lado mío, pero solamente yo la veía. Conversábamos en voz baja y ella me decía las cosas que debía hacer y que eran exactamente lo contrario de lo que mi mamá me decía.

No se que edad tenía cuando oyendo una conversación entre personas mayores me enteré de que cuando yo nací no venía sola. Junto conmigo nació otra niñita, pero no sobrevivió. Entonces pensé que esa amiga imaginaria era mi gemela. La quería mucho y la quise màs al pensar que era mi hermana gemela, la  obedecía en todo. Ella era la que mandaba, yo era la esclava, pero había cosas que no entendía. Por ejemplo, cuando íbamos por una acera y había un pobre ciego pidiendo limosna, yo le pedía a mi mamá una moneda para ponerla en el plato que el indigente tenía ante sus pies.  Pero Gladys, se agachaba y no sólo quitaba mi moneda sino todas las que estaban en el plato y se reía con malignidad. Si le decía algo me contestaba diciendo, "yo soy asì y tu tienes que obedecerme".

Un domingo ya un poco mayor mis padres me llevaron a la playa. Gladys y yo corríamos por la playa, metiendo los pies en la arena y sacando conchas. Gladys desenterró una, la abrió por la mitad y me dijo: "Esta mitad soy yo y esta otra eres tú. Tú tendrás siempre la mía y yo tendré la tuya. Jamàs podremos deshacernos la una de la otra mientras tengamos estas conchas.. Es un pacto para toda la vida". Yo guardé la mitad de la concha que era Gladys y ella guardó la que era yo. Siempre la llevaba conmigo, pero cada vez Gladys iba mostrando más maldad y yo comencé a tenerle miedo. No sabía que hacer para alejarla de mi, pero el pacto que habíamos hecho lo hacía imposible.

Una noche, había un alacrán detrás de una mesita de noche y ella lo tomó y se lo puso a mi mamá en el zapato, lo cual al mi mamá calzarse, la picó horriblemente. No habìa dia en que no hiciera algo malo, ponía sal o tierra en la sopa, ensuciaba la ropa lavada y mi tìa no sabía què pensar. Yo me sentía impotente, no podía hablar, pensaría que estaba loca. Mientras tanto yo, iba acumulando temor, ansiedad y culpa.

En la casa vivía con nosotros Jorge mi primo. Yo lo quería mucho. Cantábamos canciones de un cancionero y eramos buenos amiguitos. Gladys lo odiaba. Y un día, cuando Jorge estaba jugando en la puerta de la calle con otros muchachos, ella agarró un clavo oxidado lo clavó en una tabla y Jorge al brincar, lo pisó. A los 3 días murió de tétanos.

Ahora sí yo no podía seguir más. Hasta ahi llegaba mi paciencia. Entonces se me ocurrió algo. Busqué la mitad de la concha que era yo, y que ella guardaba en una caja junto con la que era de ella. Tomé un martillo y las pulvericé, pensando horrorizada qué pasaría. No pasó nada, Gladys desapareciò por siempre de mi vida.

Pero todavía ahora, cuando ya estoy bastante avanzada en edad, en las noches solitarias, siempre miro y miro por todos lados temiendo que Gladys regrese otra vez.

Thaitin Marin

No comments:

Post a Comment